(vista por Guillermo Zapata)
El pasado sábado vi El Castillo Ambulante, la última película de Miyazaky, el genio de la animación tradicional japonesa. A la cabeza del ya mítico estudio Ghibli, Miyazaki ha narrado sus historias con una elegancia, una maestría y un talento que harían palidecer a muchos de los animadores de la industria estadounidense, en mi opinión un tanto perdidos. El talento de Miyazaki ya está sobradamente demostrado, cualquiera que haya visto La Princesa Mononoke, o El Viaje de Chihiro saben a lo que me refiero. El Castillo Ambulante es una nueva puesta a punto de sus temáticas recurrentes, narradas con una efectividad y una precisión milimétricas.
La historia no podría ser más sencilla y a la vez más evocadora. Una niña es maldecida por una bruja que la convierte en una anciana de noventa años, la niña/ anciana tendrá que buscar al Mago Howl, que viaja en un castillo con patas por la zona montañosa exterior a su ciudad, y solicitar su ayuda. Esta premisa tan simple empezará a complejizarse paso a paso, ni Howl ayudará a la niña/anciana, ni será necesario, ni la bruja será tan malvada, ni los buenos serán tan buenos. Al contrario, todo se llena de unos matices que, desde un punto de vista puramente pedagógico, son magnificos.
De nuevo encontramos una historia protagonizada por una mujer, de nuevo en el contexto de una sociedad militarizada y subsumida en una guerra completamente incomprensible (y como veremos al final de la película, absurda por completo). Un juego terrible organizado desde el poder, al que sólo se oponen Howl y sus magníficos acompañantes (Magnifico Calcifer, entrañable en cada plano).
Una maravilla.
2 comentarios:
esta segunda vez que comento un post vuestro estoy totalmente de acuerdo.. una maravilla de película
Sí, en mi opinión también es una maravilla.
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