21.3.06

24 Hour Party People

(vista por Alacrán)

Lo que aquí se cuenta es la historia de la escena musical de Manchester desde finales de los 70 hasta principios de los 90, fechas que coinciden con el nacimiento del punk y la new wave por un lado y con la muerte del acid por el otro.

Winterbottom cuenta con un montón de recursos narrativos y buenas ideas para dar forma a una narración ágil y muy original, que va desde momentos semi-documentales a paranoias psicotrópicas, como el descojono de escena en la que se dedican a envenenar pájaros.
Pero lo mejor es el amor por la vida y la contagiosa vitalidad que desprende toda la historia, porque aquí lo fácil hubiera sido cebarse en los aspectos más truculentos de la biografía de atrapados como Ian Curtis, el cantante de Joy Division, o Martin Hannett, el alcohólico productor de algunos de los mejores discos de la época. Por cierto, dos papelones de Sean Harris y Andy Serkis respectivamente, este último el tío que hace de Golum en la Trilogía de los Anillos.

Con un montón de secundarios cojonudos, diálogos brillantes, toneladas de humor y un personaje principal tan atractivo como Tony Wilson, Winterbottom monta su muy particular lección de historia musical, que se hace especialmente atractiva si además te interesa esa escena, como es mi caso. Con la tontería, llevo tres días tarareando Love Will Tear Us Apart.

Nota: Sobresaliente

-por Alacrán

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Uy sí, que bonita era la música de los 80...
Fué una decada muy lluviosa.
Y eso sin hablar de la Movida Madrileña, que también se merece una pinícula del Winterbottom.

Alacrán dijo...

O de almodrovar

Listo Entertainment dijo...

A mí los 80 ni fu ni fa, pero me cae bien el Winterbottom, y no sólo pq tiene un nombre muy divertido que en cristiano debe ser algo así como... ¿culo hivernal?

también disfruté con su Código 46: http://lacinefilia.blogspot.com/2005/05/code-46.html

Anónimo dijo...

el hecho de grabar una batería en un tejado por la "sonoridad" es todo un referente en determinados estilos.

ya sólo por eso, la peli mereció la pena