10.1.08

Banderas de nuestros padres

Tengo un amigo al que no le gusta ir a la montaña porque la naturaleza le aburre. Dice que "visto un árbol, vistos todos".
Y a mí me pasa más o menos los mismo con el cine bélico. Por supuesto que me doy cuenta de que hay diferencias entre Senderos de gloria y El puente sobre el Río Kwai, y que no es exactamente lo mismo Platoon que Stalingrado, pero esque me ponen a mí una escena de explosiones épicas y tiros épicos y, por muy bien rodada que esté, al cabo de diez minutos ya estoy pensando en mis cosas y oyendo el pum pum pum patapum a modo de ruido de fondo, como si de una épica lavadora vieja se tratase. Me desperezo un poco cuando llegan esas tradicionales escenas en las que bajan el ritmo de las explosiones, ponen música de yuyu (mayormente violines) y muestran los horrores de la guerra simbolizados por algún cuerpo mutilado, con las visceras sueltas o los ojos arrancados o algo por el estilo. Pero enseguida empezamos otra vez con el pum pum pum y los soldados gritando cosas y siempre hay alguno al que llaman y no responde porque la ha palmado o la va a palmar enseguida, "¡Pepito!, ¡Pepito! ¡¡PEEEPIIIIITOOO!! ¡¡Repito, digo, Pepito!! ¡HEMOS PERDIDO A PEPITO!", y siempre hay alguno que quiere hacerse el héroe y salir de la trinchera a lo tonto y sus amigos le dicen que no salga "¡Qué coño te pasa, Juanito! ¡¡Quieres morir cómo Pepito!!", pero yo ya vuelvo a estar pensando en mis cosas.

Y por supuesto que Clint Eastwood es el mejor director actual de todos los tiempos del copón bendito, y por supuesto que admiro sus agallas, y por supuesto que las guerras son mu malas, y por supuesto que cuando aparecen los barquitos y los aviones por primera vez molan un montón, y por supuesto que son interesantísimas las escenas sobre el rollo de la foto de la bandera de marras y el poder de los símbolos y la importancia de la propaganda...
Pero anda que no hubiese yo disfrutado si me hubiesen dejado estar en la sala de montaje un ratito a solas con los rollos de la película y unas tijeras de podar setos.

Nota: sufi.
(por cierto, también hay un cómic del Listo intitulado Banderas de nuestros padres, pero no tiene nada que ver... y si le queda a usted paciencia también tenemos una reseña de Cartas desde Iwo Jima)

3 comentarios:

Ivan dijo...

Pues a mí me gustó mucho. Y de cine bélico tiene más bien poco.

Saludos.

Anónimo dijo...

creo q es la pelicula mas cansina y aburrida q he visto,menudo toston.cierto es q de cine belico tiene poco, pero es q ese poco q tiene es una gena y todo el resto de la pelicula se lo pasan mareando la perdiz con la foto de los cojones.vamos q si no la habeis visto no lo hagais

Cristián Guerra Campo dijo...

A mi me encantan las de este tipo, pero no todas son iguales, en esta se explora la condicion de celebridad y la creacion de mito que vivieron estos simples soldados.

En Iwo Jima se vivieron los ultimos episodios duros de la Guerra del Pacifico, no vi la japonesa y me imagino que es mas dramatica y desesperada, distinta.
Me gusta tu blog, voy a estar comentando, saludos.