3.1.05

El Arca Rusa

La última maravilla de Alexandr Sokurov es este hermoso tostón, a la altura de la immensa 2001.
Cada vez que la veo le encuentro más paralelismos con el clásico de Stanley Kubrik, entre los que destacaría los siguientes:

a) es un tostón (veánla en pantalla grande y eviten la hora de la siesta, o se van a dormir)
b) es preciosista (la fotografía, el ritmo y la música convierten la história en algo casi secundario)
c) no se entiende (y no es que trate ya de ciencia ficción metafísica sinó de una onírica visita al Museo del Hermitage con bucle espacio-temporal incluido)
y d) es un prodigio técnico (aunque parezca increíble, está rodada de un tirón, mediante un sólo plano secuencia que me dejó boquiabierto... no me quité el sombrero porqué me lo había dejado en casa)

Ya aviso de que si ustedes dominan la história de Rusia, quizá reconocerán algunos zares e incluso se enterarán de lo que está pasando en algunas escenas, pero los que cómo yo carezcan de más culturilla eslava que la que me proporcionaron El Doctor Zhivago o los cerditos del Animal Farm, pues pueden limitarse a disfrutar de un espectáculo visual indudablemente bello a través de 4 siglos condensados en 90 minutos y más de 800 actores y extras correteando por 35 de las salas de uno de los museos más fantásticos del mundo.

Nota: un excelente.
(Y aprovecho para linkar este breve cómic de homenaje a Stanley Kubrik, y estas extensas batallitas de cuando me acerqué hasta San Petersburgo a ver el Hermitage con mis propios ojos... que la verdad es que lleno de turistas y sin música de vals no parece lo mismo, pero también tiene su gracia)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Enhorabuena! en cuatro puntos has resumido lo que algunas almas sensibleras le pedimos al buen cine.