4.2.05

Laaargo domingo de noviazgo

El alcohol, la televisión, el sistema educativo español y los puñetazos en la cabeza son sólo algunos de los factores han ido mermando mi capacidad de atención, hasta el punto de que tengo que reconocer que a veces me cuesta seguir el argumento de pelis cuyos guiones contengan demasiados nombres y datos que haya que memorizar para poder captar el 100% la trama.
Me pasó con muchos clásicos de cine negro de los 40, y me pasó con L.A. Confidential y con El Gran Lebowski y con Sospechosos Habituales, que la primera vez que las vi no me aprendí todos los nombres de los personajes y me perdí en la confusión de la trama y me limité a disfrutar de los diálogos, de la fotografía, de los chistes y de las hostialidades. Y la segunda vez que las vi descubrí un huevo de detalles que se me habían escapado a simple vista.

Luego hay otras pelis con tramas anodinas y previsibles, en las que ocurren pocas cosas, y lo que ocurre lo recalcan tanto que uno se aburre y siente que le toman por gilipollas de tantas veces que le cuentan lo mismo... quizá le cuentan lo mismo desde diferentes puntos de vista, y quizá con la ilusión de estar profundizando en el tema, pero yo me aburro y me dan ganas de irme antes de que acabe la peli.

Y parecen dos concepciones contrapuestas del hecho cinematográfico, pero el Largo Domingo de Noviazgo consigue aunar lo peor de estos dos mundos en una sola peli que a) despista con tantos nombres y tantos datos, y al mismo tiempo b) aburre de tan previsible y de tantos flashbacks de inspiración ciudadanokaneana que en cuentagotas van arrojando pistas sobre un misterio que es el siguiente:

"El novio de Amélie va a la guerra y no vuelve y todos lo dan por muerto excepto ella, que en el fondo de su corazón sabe que está vivo... ¿estará vivo en realidad? Y, en caso de que lo esté, ¿qué excusa pondrá el chaval por no haberse acordado de llamarla en tantos años?"

La peli parece estar dirigida a aquellos que no sean capazes de adivinar en 20 segundos las respuestas a estas preguntas, pues los que ya se imaginen de que va el parcal verán el proceso de investigación con el interés de quién ve el proceso de formación de una mancha de humedad en la pared de un lavabo.
Eso sí, el lavabo de esta metáfora sería un lavabo bonito, como bonita es toda la estética de la peli (casi empalagosa de tan excesivamente bonita, pero qué cojones, a mí me gustan los excesos).

Y además... bueno... los personajes se pasan casi toda la peli vestidos, pero... ladies and gentlemen... hay unos segundos en los que se ve el culete de la Audrey Tatou!!!

Nota: un sufi (pero ojo, que si le quitasen dos horas y dejasen sólo la escena del zepelín y el primer plano del culete de Amélie, le pondría un notable!)

(Eso sí, Jean Pierre Jeunet es un tío que me cae bien aunque la cague... pues él hizo Delicatessen y La Ciudad de los Niños Perdidos y él fue capaz de reavivar la Saga Alien antes de que se hundiese definitavemente con la tontería de los predators... pero es que cada peli suya parece mejor que la siguiente!)

3 comentarios:

El Miope Muñoz dijo...

Largo de veras. Un coñazo de mucho cuidado.

Anónimo dijo...

Pues a mí me encantó, creo que fui el único. Me la he visto dos veces, lo que es equivalente a ver un cortometraje 10 veces.
A veces ser cortito tiene sus ventajas, como conseguir emocionarse con esta peli. (Hasta me vi los extras del dvd, incluyendo la versión comentada)

Nelo dijo...

no sabía que llevara un tatoo en el culo esa tipa.