14.4.05

The Ring 2

Nuestro corresponsal Surlaw vuelve a la carga (yo me limito a copipastar sus mails y a poner negritas sensacionalistas):

Mientras observaba éste filme, mi mente se debatía entre dos mundos imaginarios. Y no eran los de mas allá y mas acá de los rayos catódicos holográfico-asesinos, gran parida del guionista o de quien coño haya pensado esa película.
No. Era, por un lado, el de estar en medio del grupito de yogurinas histéricas que a mi izquierda rebotaban sobre sus asientos abrazándose entre ellas y gritando a voz pelada. Algo así como un macho protector con expresión de ‘nenas, agarraros a mí que yo os protejo’.
Por otro, la de meterme en la piel del crío prota, dar rienda suelta a un complejo de Edipo como un piano, y decir: ‘sí mamá, queeero’ como respuesta a la pregunta (que generó ovación entre todo el público masculino de la sala) de ‘¿quieres que me meta contigo?’. Aclaro para los que no la hayan visto, que dicha pregunta entraba en el contexto de que el niño era un cagado y no se quería meter solito en la bañera. (hay que joderse, sólo porque una amiga huérfana con pelos de heavy lo acosaba)
Y la cosa es que me fuí con las dos historias a casa, a pesar del antagonismo psicofreudiano que se manifestaban mutuamente.
Dicho lo cual, espero que toda ésta confesión que en sí os importará un pito, sirva para que deduzcáis que la película no te absorbe mucho. Así como la primera entrega con el mismo título me hizo cierta gracia (sin salir de lo que era), ésta consiste en mas o menos la repetición de todas sus técnicas, cayendo en un desvarío argumental que aumenta según avanza el largometraje.

En definitiva: prescindible.
(por cierto, seguimos encantados de recibir colaboraciones de nuestros lectores, aunque sean críticas de pelis fantasmagóricas como la de hoy o ésta o ésta)

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