Día a día, expertos psicólogos trabajan codo a codo con escritores, cineastas, actores, ilustradores, diseñadores gráficos y artistas en general, con la única intención de manipular nuestro subconsciente y desbarajustar nuestros impúlsos límbicos hasta el extremo de hacernos creer cosas de lo más absurdas (como por ejemplo que Nixán limpia más blanco, o que los refrescos de cola saben bien y tienen un color bonito).
Lo llaman marketing, pero también podría llamarse brainwashing, y, simplificando un poco su elaborado método, se trata de inundar nuestros oidos y retinas (a través de los medios de comunicación y de los carteles en los espacios públicos) con imágenes y sonidos que combinan estímulos atractivos (música molona, imágenes sensuales, frases inspiradas...) con productos inanes (refrescos, contratos de telefonía, hamburguesas...), hasta que, sin darnos cuenta, se producen connexiones neuronales que no deberían producirse y quedamos condicionados y empezamos a babear frente a los escaparates, tal cual el perrito de Pavlov cuando oía campanitas.
Mayormente su objetivo final no es otro que rellenar los bolsillos de las grandes corporaciones haciéndonos consumir sin criterio hasta que se vaya a tomar por culo el planeta.
¿Pero qué pasaría si se intentase usar este tipo de tecnologías con fines más nobles?
¿Qué pasaría si los psicólogos dejasen de hacer el Mal e intentasen manipular nuestras mentes para convertirnos en mejores personas en lugar de en autómatas consumistas?
¿Podría manipularse el subconsciente de un psicópata hasta el punto de hacerle abominar el uso de la violencia?
¿Qué es lo peor que puede pasar si seguimos maltratando algo tan delicado como es el cerebro humano?
La Naranja de Relojería (también conocida como la Naranja del Infierno en Serbia o Naranja Mecánica en España) es una interesante novela de Anthony Burguess que explora estos temas medio en broma medio en serio, y que Stanley Kubrick adaptó al cine casi literalmente.
Y se lió la de Dios es Cristo, no por las profundas connotaciones morales del asunto, sino porque (pausa para bostezo) en la peli había imágenes de sexo y violencia, y, sobretodo en UK, surgieron como setas grupúsculos de proto-skinheads que imitaban a los zumbaos protagonistas del relato y zurraban a los indigentes por la calle.
Un gran libro y una gran peli, pero qué asco de mundo.
Nota: excelente.
10.1.07
La naranja mecánica
por Listo Entertainment en 10:38 a. m.
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10 comentarios:
Que crack, que lección.
Sin duda. Si nos convencieron para que nos gustara el sabor de la tónica es que tienen el poder para manipular cualquier mente...
El perro de Pavlov babeaba con una campanita, no con lucecitas, pero bueno, la idea es esa.
La proyección de la película fue un éxito, rebasó nuestras pesimistas perspectivas; loado sea Kubrick por hacer el milagro.
Saludos.
Pues estaba convencido de que tb babeaba con lucecitas de colores, pero me he documentado y tiene usted razón. Corregido está!
y la naranja mecanica estuvo años sin distribuirse porque kubrick no quiso debido al revuelo que se formo por la peli...por cierto eso de uqe la adaptacion sea casi literal...le falta el ultimo capitulo!!! qe en algunos paises no aparecia,
un saludo mis queridos drugos!!
Pocos años antes la novelita de Burgues el pajillero snob Warhol la había transformado en una prodigiosa danza del látigo en honor de los delirios sadomasoquistas de un Gerard Malanga drogadísimo y semi desnudo.Todo a ritmo de la Motown y un poco de la Velvet mientras Malanga es sodomizado en nombre de la ultraviolencia. Se titulaba Vynil y es infinitamente mejor (esa cámara agrediendo a la pasiva) que el sempiterno desmelene grandilocuente de la puta que parió al Stanley (qué estética seventies más envejecida destila esa cosa con el horrible McDowell, por dios. Kubrick y el diseño que se lo comió)
yo la vi hace poco (hará un año o así) por primera vez. y me quedé flipando.
pero si tienes las ideas claras, muchas veces no pueden contigo. si eres seguidor de alonso y antes no te gustaba la fórmula 1, entonces mejor déjalo, eres carne de publi :)
besos babosos y un voto pa ti.
Está visto que no puedes llevar una camiseta de esa película en Barcelona sólo porque te guste. La tienes que llevar para indicar que eres un chico duro y de cuidado, dispuesto a dar y recibir palizas.
Lo digo porque una noche por Barcelona 4 nazis casi me dan una paliza por llevar esa camiseta (que ellos mismos llevan sin saber de qué va el asunto).
Acabo de ver la pelicula... ains, si las mentes de los chavales de instituto fuesen más abiertas y maduras, cuanto bien podria hacer poner esta pelicula en clases de ética...
no entiendo porque la gente de este post da esta calificacion a esta excelente pelicula lo que es totalmente ilogico, la verdad es que creo que nadie aqui entiende el verdadero significado de la trama en si, por eso prefieren decir que es una pelicula neonazi.
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