7.3.05

Hitch, experto en ligues

Dos personas que creen no creer en el amor se enamoran. Ja ja ji ji. Dos secundarios graciosillos también. Ja ja ji ji. Me parto, me parto.

Pero bueno, lo que podría parecer una comedia romántica convencional sin interés alguno tiene en realidad un reverso siniestro dispuesto explorar las profundidades de un alma tormentada degradándose camino del infierno...
Nos referimos por supuesto al inquietante hecho de que la maciza Eva Mendes, en lugar de terminar la peli seducida por un atractivo galán (lo que resultaría muy previsible según la tradición cinéfila desde los tiempos de Cary Grant y no aportaría nada nuevo), pues resulta que algún oscuro fenómeno de atracción hacía el abismo hace que la chica se sienta seducida ni más ni menos que por el jodido Príncipe de Bell Air!!
Como pueden ver, se trata de un guión sumamente original y sorprendente, pero la verdad es que sólo de pensar en un ser humano apareándose con el Fresh Prince, escalofríos recorren mi espalda...

Creo que no se proyectó depravación tan enfermiza en la gran pantalla desde que Divine se comió el cagarro ese... o quizá desde que Pasolini perpetró Salo o Los 120 Días de Sodoma.

Nota: un cate.
(Y, hablando de perversiones...)

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