Los enteraos dicen que es un
Curry Western (o sea un
Spagueti Western made in
Boolywood) y la anuncian como la película más mítica del cine hindú, ésa de la que todos se saben unos cuantos diálogos de memoria... Vamos, que a los prejuicios que nos genera lo lejano hay que sumarle los prejuicios que generan las películas más rentables en taquilla (ésta estuvo 5 años seguidos de estreno en los cines de
Bombay).
Y sin embargo todos los valientes espectadores occidentales que se ponen a verla se quedan anonadados ante tanto sopapo y tanta mezcla de géneros, que a ratos nos parece estar viendo un delirio del
Sam Peckinpah con unos toques de
Bud Spencer, y de repente se ponen a bailar y a cantar alegremente y hacen acrobacias sobre una bicicleta, sin olvidar los toques de comedia que van desde sutiles homenajes a
Charles Chaplin a payasadas dignas de
Sandra Bullock, pasando por númerosos gags de comedia involuntaria que quizá fueron debidos al choque cultural.
En serio les digo que la cosa dura tres horas y pico y uno se pregunta cómo pueden meter tantas cosas en tan poco tiempo.
Si me disculpan los spoilers, les contaré las dos escenas que más me llegaron al corazón:
a) El claqué del fakir: Los malos han capturado al atractivo protagonista y a su churri, a él lo atan a una columna y a ella le obligan a bailar.
"¡Nooo! ¡No bailes para ellos!", grita el héroe, pero los pistolones de los malos resultan demasiado convincentes, así que empieza la música y ella se abandona al folklore regional.
El prota pone cara de dolor supremo y los malos ponen cara de vicio y al cabo de un par de estrofas empiezan a romper botellas a los pies de la moza.
Ella mira el sol y sigue cantando y bailando e improvisa un zapateado que suena a cling-cling-cling y lo salpica todo de sangre.
Al final se desmaya, pero no antes de que termine la canción y no sin aprovechar la caída para agarrarse al cuello de la camiseta del héroe, desgarrarlo y asombrar a la audiencia con la visión de un musculoso y peludo torax hindú.
y
b) La lucha final: El supervillano supercruel que obligaba a bailar a las chicas y robaba y traficaba y mataba a todo el que se le ponía por delante (y que nos recuerda un poco a
Fidel Castro cuando era joven), se enfrenta cuerpo a cuerpo con una especie de
Charles Bronson que no sólo va desarmado sinó que ¡ni siquiera tiene brazos! (en serio, es como lo de los
Monthy Python pero más épico).
Al pobre supervillando, después de pasarse toda la peli simbolizando el Mal en estado puro, van y lo destrozan a base de patadas, cabezazos y pisotones.
Nota: notable altísimo.
(Y ahora sólo recomiendo el BAFF a los auténticos políglotas porque el programa decía que daban Sholay en versión original india subtitulada en inglés y luego resultó que estaba subtitulada en francés, y la chica de la taquilla no me quiso devolver la pasta con la excusa de que me la había tragado entera igualmente... pero si no fuese por estos fallos sería la leche.
Y el viernes igual me atrevo con Hum Tum y el sábado con Nayakan y luego a la fiesta... ¿alguien tiene agallas para apuntarse?)