1.1.07

Tener y no tener

Se rumorea que Howard Hawks tenía por costumbre poner a jovencitas atractivas en sus películas y seducirlas luego, pero cuando rodó Tener y no tener le salió el tiro por la culata y la novata Lauren Bacall prefirió liarse con Humphrey Bogart (y parecía tonta).
Pero Hawks era un hombre de recursos y, en lugar de cortarse las venas, procedió a a) liarse con Dolores Moran, que es la otra guapa de la peli, y b) cambiar el argumento de la historia para darle mucho más protagonismo a la Bacall y redirigir la atención que la prensa rosa daba al romance Bogart-Bacall hacia la película en sí.

De la novela de Ernest Hemingway en la que se supone que se basa la peli ya quedaba poco, y encima tuvieron que cambiar de isla y ambientarla en Martinica, más que nada porque promover la revolución cubana quedaba poco hollywoodiense.

Y a pesar de los pesares, la peli es una maravilla.
El truco supongo que consiste en contratar a guionistas solventes como el mismo Ernest Hemingway y William Faulkner (un premio Nobel cada uno) para que se curren los diálogos.

Porque la peli tiene aventura, suspense, amor, idealismo, glamour, amistad, revolución y todo eso, pero lo que más mola son esos diálogos precisos (y preciosos) que encajan como suaves engranajes, y que -en una época en que a penas se podía insinuar que los personajes se besaban con lengua- están cargados de un erotismo fino fino y una sensualidad pillina pillina.

Concretamente ha pasado a la historia la frase en la que Bacall explica cómo quiere que le estimulen el clítoris: "¿Sabes silbar, no? Sólo tienes que juntar los labios y... soplar" pero mi favorita la que usa Bogart para reivindicar su filosofía vital: "Date una vuelta alrededor mío. ¿Ves alguna cuerda?"

Nota: matrícula de honor.

(y por cierto, feliz año y ojo que estos días en la filmo dan todos los greatest hits del 2006: Saraband, Brokeback Mountain, The hidden blade, Match Point, Soy Cuba, La joven del agua, Buenas noches y felices sueños, Los tres entierros de Melquiades Estrada, Neil Young: Heart of Gold, El castillo ambulante, Una historia de Brooklin)

4 comentarios:

  1. no es una novela de Raymond Chandler, sino de Ernst Hemingway. Cuenta la leyenda que ambos estaban fumando unos puros en su yate, y poniendose ciegos de ron, cuando Howard Hawks le apostó a Hemingway "seguro que puedo hacer una buena película de tu peor novela". Hemingway andaba mal de pasta y aceptó el reto.

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  2. Howard Hawks descubrio que el tener jovenes atractivas en sus peliculas le generaba dinero y se vio forzado a cambiar un poco su estilo original

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